jueves, 5 de marzo de 2015

Ex cathedra



Con respecto a ciertos artículos, que detrás de algunas palabras "recias", rezuman ciertas incomodidades de sus autores que insisten en dar explicaciones y en buscar largas recetas y fórmulas de contradenuncias o "diálogos". No hay nada más que decir. Ya fue definido, de forma infalible e inmutable, para aventar cualquier clase de duda.


CARTA APOSTÓLICA
ORDINATIO SACERDOTALIS
DEL PAPA 
JUAN PABLO II

SOBRE LA ORDENACIÓN SACERDOTAL
RESERVADA SÓLO A LOS HOMBRES

"4- Si bien la doctrina sobre la ordenación sacerdotal, reservada sólo a los hombres, sea conservada por la Tradición constante y universal de la Iglesia, y sea enseñada firmemente por el Magisterio en los documentos más recientes, no obstante, en nuestro tiempo y en diversos lugares se la considera discutible, o incluso se atribuye un valor meramente disciplinar a la decisión de la Iglesia de no admitir a las mujeres a tal ordenación.
Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia.
Mientras invoco sobre vosotros, venerables Hermanos, y sobre todo el pueblo cristiano la constante ayuda del Altísimo, imparto de corazón la Bendición Apostólica."
Vaticano, 22 de mayo, solemnidad de Pentecostés, del año 1994, decimosexto de pontificado. IOANNES PAULUS II

Esto es ex-cathedra. No hay más nada que hablar. Nada que explicar. Y sí: es un argumento "de autoridad", lo que en el contexto de la Iglesia lo hace más poderoso aún No sirve para escribir grandes artículos, pero es completamete eficaz para terminar conflictos de forma inmediata.
Es de autoridad del mismo modo que ya fue definida en Trento la doctrina sobre los Sacramentos que ahora pretenden modificar. No se puede. Y en realidad, lo saben.
De hecho, y por fortuna, ya es difícil imaginar alguna cuestión que no haya sido definida (Quizás el dogma de Nuestra Señora como co-redentora, tan irritante para los "hermanos separados"). 
La infalibilidad de la doctrina es inmutable y es para siempre. Es un muro infranqueable. No hay infalibilidades inmutables y definitivas condicionadas a otras infalibilidades inmutables y definitivas posteriores. Eso no es ni siquiera de Fe, sino que es de lógica. Con eso basta para terminar cualquier discusión. El que no lo acepta no es católico, no acepta la integridad de la Fe. No hay que perder el tiempo: Roma locuta, causa finita.
El que no acepta las definiciones de Trento o de Juan Pablo II cree en otra cosa. En algo que imagina que algún día será, pero que no existe y que jamás podrá existir. No está en Comunión. No se puede llamar católico. Es así de simple. Con eso acaba cualquier conflicto. Y este post ya va siendo demasiado largo para algo tan simple..



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