Hemos visto estos días el debate acerca de la participación de los aberrosexuales en el próximo Desfile de San Patricio en NY. También la claudicación (una más!) del cardenal Timothy Dolan.
Posteamos aquí la traducción de este artículo de Anthony Esolen para Crisis Magazine, que trata el tema específicamente, pero a todas luces lo excede.
Jesús buscó a las prostitutas. No buscó su prostitución. Jesús buscó a los hipócritas, a
veces con un puñetazo retórico para llamar su atención. Pero no buscó su
hipocresía. Buscó a los recaudadores de impuestos, esos traidores a su patria.
Pero no buscó su traición.
Me estoy imaginando un desfile en la Calle Mayor de
Cualquierpueblo.
Sería el típico
desfile norteamericano. Algunas personas con sus flautas, o desafinando un Do
en la trompeta, o golpeando los tambores. Un grupo de chicas de secundario en minifaldas
bailando y tirando los bastones. Viejos con sus barrigas embutidas en sus viejos
uniformes de la Armada, con sus rifles al hombro. El simpatiquísimo Alcalde
saludando a todos con una sonrisa congelada desde su limousina, mientras la
gente aplaude o le toca bocina. Camiones de bomberos rugiendo con sus sirenas.
Señoras de mediana edad de la Asociación de Señoras de Mediana Edad con sus
estandartes y carteles amigables, sonriendo a los chicos. Un batallón de
boyscouts, otro de girlscouts, un payaso de grandes zapatos, chicos que corren,
gente comiendo pochoclo, padres con chiquitos en hombros; todos y todo lo que
se podría esperar.
En el desfile hay mentirosos, tramposos, chismosos, no
practicantes, y gente que bebe demasiado. En el desfile hay adúlteros, uno o
dos ladrones, un apacible coimero, un hombre que golpea a su esposa, y una
esposa que golpea a su marido. En el desfile hay gente adicta a la pornografía,
y por lo menos una mujer que se ha dedicado a ella. En el desfile hay padres que
han herido a sus hijos e hijos que han herido a sus padres. En el desfile hay
fornicadores, y algunos que han eliminado en el vientre al producto natural de
su fornicación.
En el desfile hay un doctor que hizo morir a su anciano paciente
con una sobredosis de morfina, a pedido de los parientes. En el desfile están
los iracundos, los falsarios, los envidiosos, los perezosos, los soberbios, los
blasfemos, los licenciosos, los perversos, los crueles, los avaros, los tibios
y los obscenos.
En el desfile hay
seres humanos. En el desfile hay pecadores. Nosotros estamos en el desfile, y
en las veredas mirando el desfile.
Cuando yo era
chico, en el pueblo vecino los inmigrantes italianos habían traído desde su
Gubbio un gran festival, la Carrera de los Santos. Tres equipos de hombres
cargando estatuas de trescientos kilos de San Jorge, de San Antonio y de San
Ubaldo , el Santo Patrono de Gubbio, corrían por las empinadas calles alentados
por los cuatro mil habitantes del pueblo. El pecado iba cargando a la santidad;
los pecadores inclinaban sus espaldas y forzaban sus piernas para honrar a
los santos.
Para eso es que
tenemos un desfile. Nosotros, los que no siempre somos honorables mostramos
nuestro aprecio por el honor. Nosotros, los que no siempre somos santos
mostramos nuestra reverencia por la santidad. Los que somos pequeños pagamos
nuestro respeto por aquello que es grande. Los que hemos recibido grandes
beneficios mostramos algo de modesta gratitud hacia aquellos a quienes se los
debemos.
Supongamos ahora que la Real Orden de los Golpeadores de Esposas
quisiera sumarse al desfile, presentando a una inclinada joven invitando
voluntariosamente a ser golpeada por los hombres con una paleta. Supongamos que
los Fornicadores por la Libertad quisieran marchar bailando al son de “Paradise
by the Dashboard Lights”*. Supongamos que un grupo llamado Cristianos por el
Porno** quisiera pasearse emperifollado en bikinis y zungas. Supongamos que los
Sembradores de Rumores quisieran marchar, promocionando que su raison d´etre es recolectar los feos
secretos de los demás para desparramarlos en alegres caricaturizaciones.
Podemos imaginar otros grupos: Los Esquemáticos De Ponzi, Los
Hermandad de los Profanadores, Los Tiburones del Préstamo, Los Sabios de la
Morfina, Las Perras Incitadoras, Los Pekeños Korruptores, el Ku Klux Klan, Los
Nuevos Nazis, Los Ladrones de Guante Blanco, Los Tejedores de Discordias, Los
Corredores de Favores Públicos, Los Alegres Glotones, Los Parásitos…etc.
Ahora…supongamos
que el desfile fuera públicamente organizado para celebrar la fiesta de un
santo, y que alguno de los líderes organizadores de la veneración fuera a
ocupar el sitio del Santo. Ese no sería un caso del pecado cargando la
santidad. Sería, por el contrario, el caso del pecado marchando sobre las
espaldas y la cabeza de la santidad. De acuerdo con la leyenda, San Patricio
echó todas las serpientes de Irlanda. El nuevo San Patricio es más inclusivo. Le abre la puerta a las
serpientes para que vuelvan.
Doy por hecho que
cualquier político que marchase junto al
Club de las Piñas de Ray Rice*** sería echado a patadas de su puesto. Y no
porque nuestros Parlamentos sean exclusivos para hombres llenos de santidad.
¡Ojalá fuera así! ¡Nuestras campañas políticas serían mucho más baratas!
Sería simplemente
porque permitir desfilar al Club de las Piñas de Ray Rice, implicaría afirmar
con aplausos que no hay nada malo en este club.
Ah…si los
prejuiciosos consideraran tan solo la agradable constructividad del Club de las
Piñas, especialmente para el orden familiar y la paz y la tranquilidad.
Permitirle participar al Ku Klux Klan sería afirmar sin ninguna palabra que no
hay nada malo en su racismo, uno hasta podría sacarse una foto con su Líder,
encapuchado y con los pulgares arriba para todos los integrantes. Eso no sería
“salir a buscar al Klan”. Sería arrodillarse y besarle los pies.
No voy a decir
que todos estos males son iguales. Voy a decir, por ahora y simplemente, que
son males. Algunos son legales, otros no lo son; algunos son ampliamente
celebrados en estos días, otros son rechazados, otros vituperados. Pero ninguna
de estas circunstancias, accidentales en definitiva, deberían importarle al que
sigue a Dios.
Porque, en
definitiva, el que sigue a Dios no promociona ni le facilita las cosas a los del Klan, a los
fornicadores, a los estafadores, a las estrellas porno, a los ladrones, a los
golpeadores de mujeres, a los chismosos, mentirosos, adúlteros, sodomitas, o a
cualquier pecador que quiere que su pecado sea bendecido, y no su alma.
*Canción de Meat Loaf
** juego de palabras, Porn Again
Cristians, por Born Again Christians
***Ray Rice: jugador de fútbol
americano que desató un escándalo por golpear a su novia en un ascensor.
Un aparte. La pastoral de Mons. Schiavi. Otro Ultraconservador.
Un aparte. La pastoral de Mons. Schiavi. Otro Ultraconservador.
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