miércoles, 13 de mayo de 2015

La Herejía Tácita y la des-catolización del contexto

Tácito: aquello que no se percibe o que no se dice formalmente, de modo tal que se infiere o se supone.


Contexto: todo aquello que rodea, ya sea física o simbólicamente, a un acontecimiento. A partir del contexto, por lo tanto, se puede interpretar o entender un hecho.

Implícito: algo que está incluido en otra cosa sin que esta lo exprese o lo manifieste de manera directa. El término es el antónimo de explícito, que refiere a lo que expresa clara y determinadamente una cosa.

En estos últimos días han aparecido varios artículos derrochando optimismo sobre una supuesta deriva de Bergoglio hacia posiciones más "conservadoras" o tradicionales, o por decirlo claramente, más católicas en el sentido de estar de acuerdo con el Magisterio.
La verdad es que ya a esta altura todo este optimismo neocon cansa e irrita y tiende a sonar hueco o más bien a excusa remanida. Dicho sin abrir comentarios sobre la triste alegría que les causa el poder demostrar al mundo que el Papa sí dice cosas católicas.
Quizás ya deban enfrentar el hecho de que el viejo modernismo jamás definió ni definirá nada. Para el neomodernismo las palabras no tienen valor. Flatus Vocis. Puede decir esto, o puede decir aquello. Da igual. El modernismo, como cría predilecta del demonio huye de las definiciones y habita en el estado de excepción. Siempre aceptó y aceptará cualquier objeción con un "¡por supuesto!", reservándose un "sin embargo" o un "pero" como guarida. El modernismo es una herejía tácita, y su acción opera sobre el contexto, generalmente "gestual". Lo suyo está siempre implícito: si se habla de familia sonará bien, pero se evitará decir qué es una familia a la vez que se invita a un transexual en coyunda; "diversidad" ya sabemos qué es, pero no porque lo digan, sino porque se infiere de sus acciones. Su virtud favorita es la "tolerancia", suena muy bien pero todos evitan recordar que sólo el mal es pasible de ser tolerado. Y ya hemos tolerado bastante.
Lo cierto es que la Herejía Tácita actuará sobre el contexto y permanecerá en el silencio, la media palabra, la ambigüedad inmaculada, y quedará agazapada, implícita, esperando que el contexto defina. Jamás va a caer en la herejía abierta: Si no se tiene fe en la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía, basta con degradar el Tabernáculo y dar la Comunión en la mano; si ya no se cree en la Resurrección, entonces Jesús "vive en nosotros".  Por eso tantas apelaciones verbales al sensus fidei, que hasta suena bien, en latín, y que sirve para hacer encuestas contextualizadoras sobre la falta de fe de las feligresías; o a la parrhesía, aunque ya lo griego suene a biblismo sospechoso, que sirve para la insolencia trapera y contextualiza todo en un marco de desobediencia libertaria. Y por eso las constantes invocaciones a la misericordia. Misericordia también suena bien, como slogan. Una misericordia indeterminada, sin objeto ni sujeto, pero "diversa".

Todo el discurso deberá sonar católico, como si fuera católico, y todos tranquilos. Pero del contexto se ocupará la pastoral, siempre impulsada por el Espíritu, según nos dirán. Una vez des-catolizado el contexto, la definición no importa, bastará con un pero, un sin embargo, o hasta con un silencio.
Si miramos para atrás, de ese modo fue como increíblemente cambiaron la Misa, derribaron los Altares, escabulleron los Tabernáculos, demolieron el latín, las imágenes y la devoción de los sencillos. Con peros y con sin embargos. Haciendo de la excepción ley y de la Ley, excepción. Todo después de crear un contexto para el "discernimiento" interpretativo, es decir, una grieta por la cual colarse. Y si se leen los documentos pontificios, nada parece objetable.  En la letra todo parece bastante bien, aunque el lenguaje sea extraño o sospechoso a la sensibilidad católica. El resultado a la vista.
Lo cierto es que si en el Sínodo de Octubre los Obispos no sacan de su fortaleza un par de definiciones que sean tan monolíticas y contundentes como surgidas de un nuevo Syllabus y  que inhabiliten por su claridad a ser usadas en contra de la Iglesia y en cualquier contexto, todo se derrumbará. 
Y va a ser necesario un milagro. Porque el contexto va a ser creado en la eco-encíclica de Junio y la visita a Cuba, a Obama y a la ONU de Septiembre. Después veremos...

No hay comentarios :

Publicar un comentario

comentarios