viernes, 9 de mayo de 2014

Matar al mensajero o cómo Kasper viene bien para evitar problemas.

Parece ahora que Kasper dijo que el Papa le dijo que cree que el 50% de los matrimonios canónicos son inválidos y ahora todos a pegarle al herético cardenal. Algunos pegan por descrédito liso y llano, otros por descrédito voluntario, otros pegan por hacer pública una infidencia. Al fin y al cabo, dicen estos últimos, fue un comentario hecho en privado, en (pongámosle) un almuerzo bien servido. Pero lo cierto es que el asunto no es nuevo, ni fue hecho en privado. 

Lo cierto, y esto bien lo saben todos, es que el papa Francisco en primer lugar sí lo dijo, y en segundo lugar lo dijo en público. Y lo hizo en esa malhadada, desprolija y bergogliana reunión en la  verdulería, en el avión que lo trajo de regreso del carnaval de las JMJ, de sambera memoria.

Y lo que dijo fue textualmente esto:

"Con referencia al problema de la comunión a las personas en segunda unión, porque los divorciados pueden hacer la comunión, no hay problema, pero cuando viven en una segunda unión, no pueden. Creo que es necesario verlo desde el conjunto de la pastoral matrimonial. Y por eso es un problema. Pero también (hago un paréntesis) los ortodoxos tienen una praxis diferente. Ellos siguen la teología de la economía, como dicen ellos, y dan una segunda oportunidad, lo permiten. Pero creo que este problema (cierro el paréntesis) se debe estudiar en el marco de la pastoral matrimonial. Y por eso, dos cosas; primera: uno de los temas a consultar con estos ocho del consejo de los cardenales, cuando nos reunamos con ellos los días 1, 2 y 3 de octubre, es cómo se puede avanzar en la pastoral matrimonial, y este problema saldrá allí. Y, otra cosa: hace quince días, estuvo conmigo el Secretario del Sínodo de los Obispos para el tema del próximo Sínodo. Era un tema antropológico, pero hablando y hablando, yendo y viniendo, hemos visto este tema antropológico: la fe como ayuda a la planificación de la persona, pero en la familia, y tratar por tanto sobre la pastoral matrimonial. Estamos en camino hacia una pastoral matrimonial más profunda. Y esto es un problema que afecta a todos, porque hay tantos implicados, ¿no? Por ejemplo, les digo uno solamente: el cardinal Quarracino, mi predecesor, decía que para él la mitad de los matrimonios eran nulos. Pero ¿por qué lo decía? Porque se casan sin madurez, se casan sin darse cuenta que es para toda la vida, o se casan porque socialmente se deben casar. Y en esto entra también la pastoral matrimonial. Y también el problema judicial de la nulidad de los matrimonios, esto se debe revisar, porque los Tribunales eclesiásticos no bastan para esto. Es complejo, el problema de la pastoral matrimonial. Gracias."

Y esto bien lo saben todos. No estamos acá rescatando un texto ignoto de las Acta Sanctae Sedis. Así que más vale poner el punto en el lugar que va, y dejarse de jorobar.
Kasper, el "teólogo de rodillas", es el encargado de hacer el trabajo sucio. La zapa. El ambientador de un plan que está bien trazado desde el comienzo de este pontificado, o aún antes de eso (Aunque en el Principio no fue así) , y que fue sugerido Urbi et Orbi en su primer Angelus. Nada menos que en el primero, cuando nos enteramos que había un cardenal llamado Kasper, que era "muy buen teólogo", y que sus libros "le hacían mucho bien"

Así que más nos vale enfrentar las cosas tal como vienen y saber cómo vienen. Y estar listos para que en la Revolución el Sínodo de Octubre, si es que Dios permite su realización, nos encontremos con una fórmula que será seguramente impecable desde la doctrina (si por "doctrina" entendemos meros sonidos vacíos) pero completamente venenosa en la praxis, que es lo que vale. Algo así como: 
"Sobre los divorciados en segundas nupcias, la Iglesia, que es Madre Misericordiosa, acoge a todos aquellos casos particulares en esta triste situación como a sus hijos (alguna cita bíblica quedará muy bien aquí), tal como siempre lo hizo (alguna cita del CVII) y en especial en los primeros siglos según los Padres de la Iglesia, plenamente en la vida eclesial, en comunidad fraterna sacramental, etc etc."

Y ahí será el desbande. Y todos aquellos que ahora niegan que Bergoglio haya dicho lo que dijo, dirán con impostado entusiasmo que el Sínodo no dijo absolutamente nada nuevo, ni nada que vaya contra la Tradición o contra la Continuidad y se quedarán lo más tranquilos pero verán en la praxis sus parroquias infestadas de comuniones sacrílegas. El Mal ya estará hecho sin vuelta atrás (al menos humanamente hablando). Y entonces, se dará vuelta la página, nadie más hablará del tema, y pasaremos a discutir la situación de los sodomitas empernados en sus coyundas, a definirse (misericordiosamente) en el próximo Sínodo en un par de años. Y quizás sea entonces Mons. Ricca el encargado de ambientar el asunto. Dios tenga misericordia de nosotros. Y no dejemos de rezar por el Papa Francisco y sus cardenales.



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