Pese a las enormes expectativas puestas por ciertos sectores progresistas-liberales en el encuentro entre el Papa y Barack Hussein Obama, parece que para ellos la cosa terminó con gusto a poco y tirando a amargo.
Agua tibia en jarro de lata, dicen en el campo. Y peor para ellos en realidad: el frío comunicado de prensa del Vaticano dio cuenta de ciertos reclamos que se pusieron sobre la mesa:
"En el contexto de las relaciones bilaterales y de la colaboración entre
la Iglesia y el Estado se ha hablado sobre asuntos de especial
relevancia para la Iglesia en el País, como el ejercicio de los derechos
a la libertad religiosa, a la vida y a la objeción de conciencia (...)"
dejando para lo último:
"...así
como el tema de la reforma migratoria."
El cable de Reuters encabezó así:
(Reuters) – U.S. President Barack Obama heard the Catholic Church’s
concerns over his health care plan while on a visit to the Vatican on
Thursday. (El Presidente Barack Obama, de visita en el Vaticano, tuvo que escuchar la preocupación de la Iglesia sobre su plan de salud)
Lo tomo como una victoria atronadora...
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