Transcribimos a continuación la entrevista completa a Mons. Athanasius Schneider, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Santa María en Astana, Kazakhtan.
Publicada en la revista Polonia Christiana
Comentario: Este Obispo sí que es católico. Recemos para que no sea misericordeado.
Su Excelencia, ¿cuál es su opinión sobre el Sínodo de la
familia? ¿Cuál es su mensaje para las familias?
Durante el Sínodo, hubo momentos de evidente manipulación
por parte de algunos clérigos con puestos clave en la estructura editorial y
rectora del Sínodo. El informe provisional (Relatio post disceptationem) era
claramente un texto prefabricado y sin
vinculación con las verdaderas intervenciones de los Padres En las secciones
sobre homosexualidad, sexualidad y los «divorciados vueltos a casar», el texto
representa una ideología neopagana radical. Esta es la primera vez en la
historia de la Iglesia en que un texto tan heterodoxo, surgido de un encuentro
oficial entre Obispos católicos y bajo la dirección de un Papa, haya sido
publicado, aun cuando tuviese carácter preliminar. Gracias a Dios y a las
plegarias de los fieles de todo el mundo, un número considerable de padres
Sinodales rechazaron decididamente esa agenda. Es una agenda que refleja la
moralidad general corrupta y pagana de nuestra época, que está siendo impuesta
mundialmente mediante la presión política y a través de los casi todopoderosos
medios de comunicación oficiales, leales a los principios de la ideología
mundial de género. Este documento sinodal, aunque sólo fuera provisional,
constituye una auténtica vergüenza y una indicación de la medida en que el
espíritu del mundo anticristiano ha invadido niveles importantes de la vida de
la Iglesia. Este documento permanecerá para las futuras generaciones y para los
historiadores como una mancha en el honor de la Sede Apostólica. Por fortuna,
el Mensaje de los Padres Sinodales es un documento verdaderamente católico, que
esboza la verdad divina sobre la familia sin silenciar las raíces profundas de
los problemas, es decir, la realidad del pecado. Ofrece ánimo y consuelo
auténticos a las familias católicas».
Algunas Citas del texto:
“Tenemos presente
la carga impuesta por la vida en el sufrimiento que puede surgir por un hijo
con necesidades especiales, con enfermedades graves, o con el deterioro por la
edad avanzada, o por la muerte de algún ser querido. Admiramos la fidelidad de
aquellos que vencen estas pruebas con coraje, fe y caridad. Ellos no lo ven
como una carga impuesta sino como una forma de donación al prójimo, viendo en
la debilidad de la carne al Cristo
sufriente…El amor conyugal, que es único e indisoluble, persevera en las
dificultades. Es uno de los milagros más maravillosos y el más común. Este amor
se propaga a través de la fertilidad y la generación, que involucran no sólo la
procreación de los hijos sino el don de la vida divina en el bautismo, su
catequesis, y su educación…La presencia de la familia de Jesús, María y José
permanezca sobre ustedes” (1)
Los grupos que han estado esperando un cambio en las
enseñanzas de la Iglesia con respecto a ciertas cuestiones morales (p.e.
permitir la Comunión a las personas “divorciadas vueltas a casar” o buscando
alguna forma de aprobación a las uniones homosexuales) probablemente se han
visto decepcionados con el contenido de la Relatio final. ¿No habría de todos
modos un peligro al cuestionar y discutir temas que son fundamentales para las
enseñanzas de la Iglesia? ¿No hay un peligro de que esta misma discusión abra
la puerta a serios abusos o a intentos de revisar estas enseñanzas en el futuro?
Un mandamiento divino, el sexto mandamiento, y la
indisolubilidad absoluta del matrimonio sacramental, una regla de derecho
divino, significan que los que se encuentran en estado de pecado grave no
pueden ser admitidos a la Sagrada Comunión. Esto lo enseña San Pablo en su
carta inspirada por el Espíritu Santo (1Co 11,27-30) y no puede someterse a
voto, igual que la divinidad de Cristo nunca se sometería a voto. Una persona
que sigue estando unida por el vínculo indisoluble del matrimonio sacramental y
que, a pesar de ello, vive en cohabitación estable con otra persona, por
precepto divino no puede ser admitida a la Sagrada Comunión. Hacer lo contrario
sería una declaración pública por parte de la Iglesia, legitimando
perversamente la negación de la indisolubilidad del matrimonio cristiano y, al
mismo tiempo, aboliendo el sexto mandamiento de la Ley de Dios: No cometerás
adulterio. Ninguna institución humana, ni siquiera el Papa o un Concilio
Ecuménico, tiene la autoridad y la competencia para anular, ni siquiera de
forma ligera o indirecta, uno de los diez mandamientos o las palabras divinas
de Cristo: Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre (Mt 19,6) Sin
consideración de que esta lúcida verdad haya sido de forma constante y sin
cambios, porque es incambiable, a través de todas las épocas por el Magisterio
de la Iglesia hasta nuestros días por ejemplo en la Familiaris Consortio de San
Juan Pabo II, en el Catecismo de la Iglesia Católica y por el Papa Benedicto
XVI, la admisibilidad a la Sagrada Eucaristía de los así llamados “divorciados
vueltos a casar” ha sido sometida a votación en el Sínodo. Este hecho es en sí
mismo muy grave y y representa una actitud de clerical arrogancia con respecto a
la Verdad divina y la Palabra de Dios.
Indigno intento de someter a votación la Verdad divina
El intento de someter a votación la
verdad divina y la Palabra de Dios es indigno de los que, como representantes
del Magisterio, deben transmitir celosamente, como siervos buenos y fieles (cf.
Mt 24, 45) el depósito divino.
Al admitir a los «divorciados vueltos a casar» a la Sagrada
Comunión, esos obispos establecen una nueva tradición por su propia voluntad y
vulnerando con ello el mandamiento de Dios, como Cristo reprochaba a los
fariseos y a los escribas (cf. Mt 15,3). Y lo que es peor es el hecho de que
esos obispos intentan legitimar su infidelidad a la Palabra de Cristo mediante
argumentos como la «necesidad pastoral», la «misericordia», la «apertura al
Espíritu Santo». No tienen reparo ni escrúpulo en pervertir de forma gnóstica
el verdadero significado de esas palabras, denostando a los que se oponen a
ellos y defienden el inmutable mandato divino y la verdadera Tradición como
rígidos, escrupulosos o tradicionalistas». Durante la gran crisis Arriana en el
s IV los defensores de la Divinidad del Hijo de Dios también fueron llamados “intransigentes”
y “tradicionalistas”. San Atanasio llegó a ser excomulgado por el Papa Liberio
y el Papa justificó el hecho con el argumento de que San Atanasio no estaba en
comunión con los Obispos de Oriente que eran mayoritariamente heréticos o semi-heréticos.
San Basilio el Grande afirmó frente a esa situación que: “Solamente un pecado
es severamente castigado en estos días: la atenta observancia de las
tradiciones de nuestros Padres. Por esa razón los buenos son arrojados fuera y
llevados al desierto” (Ep. 243)
La realidad es que estos Obispos que alientan la admisión a
la Comunión a los “divorciados vueltos a casar” son los nuevos Fariseos y
Escribas porque rechazan el mandamiento de Dios contribuyendo al hecho de que del
cuerpo y el corazón de los “divorciados vueltos a casar” continúen “procediendo adulterios” (Mat.
15:19), porque ellos quieren una solución que “limpie”exteriormente para
aparecer “limpios” frente a los que detentan el poder (los medios, la opinión
pública). Pero de todos modos cuendo eventualmente se presenten ante el
tribunal de Cristo, escucharán sin dudas para su propio desmayo estas palabras
de Cristo: “¿Quién eres tu para enumerar mis mandamientos y tomar en tu boca mi
alianza?. Tú que aborreces la disciplina y echas a la espalda mis palabras…y
tienes tu parte con el adúltero?” (Ps 50 (49):16:18).
La Relatio final del Sínodo también contiene,
desafortunadamente, el parágrafo con el voto sobre el tema de la Santa
Eucaristía para los “divorciados vueltos a casar”. Aun cuando no haya
conseguido los dos tercios requeridos, permanece allí el hecho preocupante y
asombroso de que la mayoría absoluta de los Obispos presentes hayan votado a
favor de la Comunión para los “divorciados vueltos a casar”, un triste reflejo
de la calidad espiritual del episcopado en nuestros días. Y es más triste aún
que este parágrafo que no obtuvo la aprobación requerida por la mayoría
calificada, permanezca a pesar de todo en el texto final de la Relatio y vaya a
ser enviada a todas las diócesis para su discusión. Sólo aumentará la confusión
doctrinal entre los sacerdotes y los fieles, al quedar en el aire que los
mandamientos divinos, la Palabra de Cristo y la enseñanza del Apóstol Pablo
están al albur de los distintos grupos de decisión. Un Cardenal que abierta y
vehementemente apoyó el asunto de la admisión a la Santa Comunión de los “divorciados
vueltos a casar” y aún la vergonzosa declaración sobre las “parejas”
homosexuales de la Relatio preliminar estaba disconforme con la Relatio final,
y terminó declarando que “El vaso está medio lleno”, que esperaba que había que
trabajar para que esté lleno el año que viene. Debemos creer firmemente que
Dios disipará los planes de engaño, infidelidad y traición. Cristo maneja
infaliblemente el timón de la barca de su Iglesia en medio de tal tormenta.
Creemos y confiamos en el que dirige la Iglesia, Nuestro Señor Jesucristo, que
es la Verdad».
Estamos atravesando
en estos días una cima en la agresión a la familia; esta agresión está
acompañada por una tremenda confusión en el área de las ciencias sobre el
hombre y la identidad del hombre. Desafortunadamente pareciera haber ciertos
miembros de la jerarquía eclesiástica que al discutir estos asuntos expresan
opiniones que contradicen las enseñanzas de Nuestro señor Jesucristo. ¿Cómo
deberíamos dirigirnos a las personas que son víctimas de esta confusión, para
que fortalezcan su fe y ayudarlos hacia su salvación?
Cristo purifica la fe a través
de la prueba
En este tiempo extraordinariamente difícil, Cristo está
purificando nuestra fe católica, de modo que, a través de la prueba, la Iglesia
brille aún más y sea realmente luz y sal para un mundo neopagano insípido,
gracias a la fidelidad y a la fe simple y pura en primer lugar de los fieles,
de los pequeños de la Iglesia, de la «ecclesia docta» (la Iglesia que aprende),
que en nuestros días fortalecerá a la «ecclesia docens» (la Iglesia que enseña,
es decir, el Magisterio), de forma similar a lo que ya ocurrió en el siglo IV.
Tal como el beato cardenal Newman afirmó: “Es este un
hecho muy remarcable, pero hay una enseñanza en él. Quizás fue permitido con el
objeto de imprimir sobre esa Iglesia que salía de la persecución la gran lección evangélica de que no el sabio
y poderoso, sino el obscuro, el falto de instrucción y el débil, son su
verdadera fuerza. Fue principalmente por el pueblo fiel que el Paganismo fue
erradicado, y fue por el pueblo fiel bajo la guía de Atanasio y los Obispos de
Egipto, y en algunos lugares con el apoyo de de sus Obispos y Sacerdotes que la peor de las herejías fue resistida y
echada del territorio sagrado…En ese tiempo de inmensa confusión el dogma
divino de la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo fue proclamado, mantenido y
(humanamente hablando) preservado, mucho más por la “Ecclesia Docta” que por la
“Ecclesia Docens”, en el que el cuerpo del Episcopado fue infiel a su
misión mientras el cuerpo de los laicos
fue fiel a su Bautismo, en el tiempo en que a veces el Papa, otras algún
patriarca o metropolitano u otras grandes Sedes, o Concilios generales dijeron
lo que no debían o hicieron lo que oscureció o comprometió la Verdad revelada;
mientras por otro lado fue el pueblo cristiano el que bajo la Providencia constituyó la fuerza eclesiástica de Atanasio, Hilario, Eusebio de Vercellae y
otros grandes confesores solitarios, que hubieran fallado sin él” (Arrianos del s IV, pp.446, 466)
Anima a los católicos a ser
fieles al Catecismo
Tenemos que animar a los católicos ordinarios a que sean
fieles al Catecismo que han recibido, a que sean fieles a las claras palabras
de Cristo en el Evangelio, a que sean fieles a la fe que sus padres y
antepasados les transmitieron. Tenemos que organizar grupos de estudios y
conferencias sobre la doctrina perenne de la Iglesia sobre el matrimonio y la
castidad, invitando especialmente a los jóvenes y a las parejas casadas.
Tenemos que mostrar la auténtica belleza de una vida en castidad, la auténtica
belleza del matrimonio y la familia cristianos, el gran valor de la Cruz y del
sacrificio en nuestras vidas. Tenemos que presentar más ejemplos de los santos
y de personas ejemplares que, a pesar de que sufrían las mismas tentaciones de
la carne, la misma hostilidad y burlas del mundo pagano, con la gracia de
Cristo tuvieron una vida feliz en castidad, en un matrimonio cristiano y en una
familia. La Fe, la fe Católica y Apostólica, pura e íntegra vencerá al mundo
(cf. 1 Jn 5:4)
Formar grupos de ayuda para la
conversión y la santidad
Tenemos que crear y promover grupos juveniles con el
corazón puro, grupos de familias, grupos de esposos católicos, fieles a sus
votos matrimoniales. Tenemos que organizar grupos que ayuden a las familias
moral y materialmente rotas, grupos que asistan con su oración y buenos
consejos a las parejas separadas, grupos y personas que ayuden a los
«divorciados vueltos a casar» a comenzar una conversión seria, reconociendo con
humildad su situación pecaminosa y abandonando con la gracia de Dios los
pecados que vulneran el mandamiento de Dios y la santidad del sacramento del
matrimonio. Tenemos que crear grupos que ayuden cuidadosamente a las personas con
tendencias homosexuales a emprender el camino de la conversión cristiana, el
camino feliz y hermoso de una vida casta, y en un momento dado les ofrezcan
discretamente un remedio psicológico. Tenemos que mostrar y predicar a nuestros
contemporáneos, en el mundo neopagano, la Buena Noticia liberadora de la
enseñanza de Cristo: que los mandatos de Dios y el sexto mandamiento en
particular son sabios y hermosos: La Ley del Señor es perfecta y es descanso
del alma: el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. Los mandatos
del Señor son rectos y alegran el corazón. La norma del Señor es límpida y da
luz a los ojos (Sal 19(18),7-8)».
Durante el Sínodo el Arzobispo Gadecki de Poznan y
algunos otros distinguidos prelados expresaron públicamente su disconformidad
con el hecho de que los resultados de la discusión se apartaran de las enseñanzas
perennes de la Iglesia. ¿Existe la posibilidad de que por esta discusión haya
un despertar de miembros del clero y de fieles que hasta ahora desconocían el
hecho de que en el mismo seno de la Iglesia hubiera personas que socavaran las
enseñanzas de Nuestro Señor?
La Iglesia en Polonia defendió
la verdad en el Sínodo
«Es un honor para el catolicismo polaco que el Presidente
del episcopado, Su Excelencia el Arzobispo Gądecki, haya defendido con claridad
y valor la verdad de Cristo sobre el matrimonio y la sexualidad humana,
mostrándose como un verdadero hijo espiritual de San Juan Pablo II. El cardenal
George Pell habló muy adecuadamente de la agenda progresista sobre la
sexualidad y la supuesta motivación misericordiosa y pastoral para dar la
Sagrada comunión a los «divorciados vueltos a casar» durante el Sínodo,
diciendo que sólo es la punta del iceberg y una especie de caballo de Troya en
la Iglesia».
Periodista y blogueros
católicos, soldados de Cristo.
Que en el mismo seno de la Iglesia hay personas que socavan
la enseñanza de Nuestro Señor se hizo evidente ante el mundo entero gracias al
Internet y al trabajo de algunos periodistas católicos que no permanecieron
impasibles ante lo que estaba ocurriendo con el tesoro de la fe católica. Me
alegró comprobar que algunos periodistas católicos y blogueros de Internet se
comportaban como buenos soldados de Cristo y alertaban de la agenda clerical
que buscaba socavar la doctrina perenne de Nuestro Señor. Los cardenales,
obispos, sacerdotes, familias católicas y jóvenes católicos tienen que decirse:
me niego a ajustarme al espíritu neopagano de este mundo, aunque sean obispos y
sacerdotes los que lo difundan; no aceptaré su uso falaz y perverso de la
misericordia divina y del «nuevo Pentecostés»; me niego a ofrecer granos de
incienso ante la estatua del ídolo de la ideología de género, ante el ídolo de
los segundos matrimonios, de la cohabitación; aunque mi obispo lo haga, yo no
lo haré; con la gracia de Dios, elegiré sufrir en lugar de traicionar la verdad
plena de Cristo sobre la sexualidad humana y el matrimonio.
Obispos y cardenales que ofrecen
incienso a ídolos neopaganos
«Es el testimonio lo que convencerá al mundo, no los
maestros, como dijo el Beato Pablo VI en Evangelii Nuntiandi. La Iglesia y el
mundo necesitan urgentemente testigos intrépidos y francos de la verdad plena
de los mandamientos y de la voluntad de Dios, de la verdad plena de las
palabras de Cristo sobre el matrimonio. Los fariseos y escribas clericales
modernos, esos obispos y cardenales que ofrecen granos de incienso ante los
ídolos neopaganos de la ideología de género y la cohabitación, no convencerán a
nadie para que crean en Cristo y ofrezcan sus vidas por Cristo.
Realmente “veritas Domini manet in aeternum” (Ps 116: la
verdad del Señor permanece para siempre) y “Jesucristo es el mismo hoy y ayer y
por los siglos” (Hebr. 13:8) y “la Verdad os hará libres” (Juan 8:32) Esta
última frase bíblica era una de las favoritas de San juan Pablo II, el Papa de la Familia.
Podríamos agregar: la Verdad divina revelada e incambiable sobre la sexualidad
humana traerá libertad a las almas dentro y fuera de la Iglesia. En medio de la
crisis de la Iglesia y el mal ejemplo moral y doctrinal de algunos Obispos de
su tiempo, San Agustín confortó a los simples fieles con estas palabras: “No
importa lo que nosotros los Obispos seamos, vosotros estáis a salvo, los que
tenéis a Dios por Padre y a su Iglesia como Madre” (Contra litteras
Petiliani III, 9, 10).
Biografía de Mons.
Schneider
Anton Schneider nació en Tokmok, (Kirghiz, Antigua Unión
Soviética). En 1973, poco después de recibir su primera comunión en la mano del
Beato Oleksa Zaryckyj, presbítero y mártir, marchó con su familia a Alemania.
Cuando se unió a los Canónigos Regulares de la Santa Cruz de Coimbra, una orden
religiosa católica, adoptó el nombre de Athanasius (Atanasio). Fue ordenado
sacerdote el 25 de marzo de 1990. A partir de 1999, enseñó Patrología en el
seminario María, Madre de la Iglesia en Karaganda.
El 2 de junio de 2006 fue consagrado obispo en el Altar de
la Cátedra de San Pedro en el Vaticano por el Cardenal Angelo Sodano. En 2011
fue destinado como obispo auxiliar de la Archidiócesis de María Santísima en
Astana (Kazajistán), que cuenta con cerca de cien mil católicos de una
población total de cuatro millones de habitantes. Mons. Athanasius Schneider es
el actual Secretario General de la Conferencia Episcopal de Kazajistán.
(1) Traducción propia. El texto del Documento Final
(Relatio Synodi) continúa sin traducirse al Español, estando solamente en
Italiano y en Inglés.
La “vergonzosa” e “inaceptable”(card. Müller) Relatio Post
Disceptationem, por el contrario, estuvo
lista en cinco idiomas en 48 hs. , implicando una sorprendente velocidad de
transcripción, edición y traducción de cientos de discursos e intervenciones.
Edición extractada en Infocatólica, de donde tomamos la base de esta traducción, que completamos con el original en inglés.
Ya está la traducción al español.
ResponderEliminarEl texto del Documento Final (Relatio Synodi), ya está traducido al español, ver en:
http://www.revistaecclesia.com/primicia-en-espanol-la-relacion-final-del-sinodo-sobre-la-familia-integra/
Sí. Pero no es oficial. La página del Vaticano no tiene ninguna versión en castellano, y por lo que veo acaban de quitar la versión en inglés, queda solamente la version en italiano. Pareciera que les interesa difundir por todos el orbe la Relatio Post Disceptationem, pero no el documento final.
ResponderEliminarhttp://www.vatican.va/roman_curia/synod/index_sp.htm