El Mayor Bernard Gaynor fue expulsado del ejército de su país bajo cargos de insubordinación por oponerse a que sus tropas marchasen junto a los homosexuales en el Sidney Gay & Lesbian Mardi Gras, más una serie de denuncias sobre el peligro que representaba la política de "apertura" a los musulmanes por su Gobierno. Denuncias, que por otra parte fueron luego confirmadas en una serie de atentados.
En definitiva, y tal como él mismo lo sostiene, fue expulsado por ser católico. Y por amar a su país como católico.
El My. Gaynor tiene un blog, que hace un tiempo agregué a los enlaces. Su caso no es más que otro de los emergentes de personas que ya ni siquiera están defendiendo su fe, o siquiera algo que es naturalmente normal, sino todo aquello que no cabría en la discusión de cualquier persona medianamente sana. Pero es ya evidente que el mundo ha caído por debajo de la línea de cualquier cosa que sea normal. De hecho el mundo ha pasado a odiar la normalidad.
Bernard Gaynor no la está pasando bien y se suma a los casos de persecución, al igual que los padres que hacen homeschooling en Alemania para que sus hijos no reciban adoctrinamiento por parte del lobby gay y pierden la tenencia y custodia, o de tantos maestros, médicos, abogados, militares, enfermeras, sacerdotes, etc. de todo el mundo que ya no pueden hablar, ni qué decir trabajar en paz.
Gaynor tiene decenas de causas judiciales por homofobia, difamación, racismo, etc. por parte de los aberrosexuales , más el hostigamiento permanente de las agrupaciones islámicas. En medio, probablemente, de la indiferencia o el tácito rechazo de muchos. Y no hay mayores datos de algún apoyo por parte de la Iglesia, sino más bien sintomas de un silencioso rechazo. Un leproso.
Este post, al margen de ser un reconocimiento a nuestro lejano hermano australiano, es una muestra del valor que ha tenido la web para resistir como Iglesia (o como lo que queda de Ella) los ataques del mundo con el cual cual hoy nos ponen a dialogar obligatoriamente.
Al menos, podemos saber que el My. Bernard Gaynor, en Australia, existe y lucha. Igual que el P. Weslin, que ahora descansa. O David Domet, Vox Cantoris, o Nick Donnelly, o tantos otros.
Una oración por el My. Bernard Gaynor no está de más.
"Que en el mismo seno de la Iglesia hay personas que socavan la enseñanza de Nuestro Señor se hizo evidente ante el mundo entero gracias al Internet y al trabajo de algunos periodistas católicos que no permanecieron impasibles ante lo que estaba ocurriendo con el tesoro de la fe católica. Me alegró comprobar que algunos periodistas católicos y blogueros de Internet se comportaban como buenos soldados de Cristo y alertaban de la agenda clerical que buscaba socavar la doctrina perenne de Nuestro Señor"
Mons. Athanasius Schneider
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